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El Diario | 19-01-2011 | 00:11
A 10 años de la fuga del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán del penal de Puente Grande en Jalisco, su huella ha quedado impresa en las calles de Ciudad Juárez y, en general, en el estado de Chihuahua, donde sus huestes emprendieron una guerra en contra del cártel de Juárez para apoderarse de estos territorios.
Así, convertida en un escenario de guerra no sólo entre los cárteles, sino del Estado mexicano en contra del crimen organizado, Juárez es considerada la ciudad que más caro ha pagado y más ha resentido los efectos de la evasión de “El Chapo”, quien desde hace al menos tres años libra aquí la batalla más cruenta que se haya registrado en el país entre grupos dedicados al trasiego y venta de drogas.
Las cifras así lo demuestran, pues tan sólo de 2008 a la fecha en esta ciudad se han cometido poco más de 7 mil 500 homicidios dolosos, de los cuales la mayoría son atribuidos al crimen organizado.
A la par de este baño de sangre en el que se encuentra sumergida la ciudad, la criminalidad ha evolucionado a tal punto que delitos de alto impacto como el secuestro, la extorsión y el carjacking se han incrementado hasta llevar a las autoridades al punto del caos y la pérdida de control.
Al menos así lo advierte el criminólogo Óscar Máynez Grijalva, quien expone que es a partir de la fuga de Joaquín Guzmán cuando la guerra entre cárteles se desata en México y las principales consecuencias repercuten en Juárez hasta convertirla en la ciudad más violenta del mundo.
“Los efectos de la fuga de ‘El Chapo’ tardaron en llegar a Juárez, pero ya están aquí, estadísticamente está demostrado que es la ciudad que más caro lo ha pagado, es la ciudad más violenta del mundo y esa violencia es resultado directo de la guerra entre cárteles que debilitó al Estado mexicano y permitió que empezaran a surgir grupos criminales de toda índole”, afirma el especialista.
Explica que al margen de los cuestionamientos que permanecen sobre la fuga del líder del cártel del Pacífico y el fortalecimiento inmediato de este grupo, el hecho es que las consecuencias directas de este acto se presentan actualmente en muchas regiones del país, pero principalmente en Ciudad Juárez y el estado.
“Si hacemos una línea del tiempo a partir de la escapatoria de ‘El Chapo’ te das cuenta de esto y entiendes el estado caótico que vive actualmente Ciudad Juárez”, expone, “aquí se ha perdido el control, empezaron a proliferar los grupos criminales de toda índole porque existe permisividad al no haber Estado de Derecho, la violencia se desemboca y el crimen organizado ha rebasado por mucho lo que cualquier sociedad funcional debe tolerar”.
Tal es la situación, abunda, que la violencia local ya no está delimitada a los grupos del narco, sino al brote de bandas criminales que se han aprovechado de la situación actual para sembrar el caos en todos los ámbitos.
“El problema es que a partir de esta guerra entre cárteles y del Estado en contra del crimen organizado se abrieron oportunidades a las bandas criminales que se volvieron más intrépidas y temerarias porque la regla de oro de la criminología es que crimen que quede impune, crimen que se incrementa, lo que ha ocurrido en Ciudad Juárez en los últimos años”, dice.
Según el Gobierno federal, el cártel comandado por “El Chapo” es el que más ha participado en las acciones violentas registradas en el país, tanto en enfrentamientos contra otros grupos, como en choques contra las fuerzas federales.
Además, Joaquín Guzmán ha aparecido en la lista de los hombres más ricos y poderosos del mundo al calcular su fortuna en unos mil millones de dólares, pues supuestamente mantiene relaciones comerciales y de negocios ilícitos con países como Colombia, Honduras, Panamá, Venezuela, Japón, Francia, Italia, España y Alemania.
A nivel local, según reportó Stratfor, la agencia que provee servicios de inteligencia e información sobre conflictos a nivel mundial, su organización se ha extendido en territorio chihuahuense hasta prácticamente controlarlo todo, con excepción de Ciudad Juárez y la región este.
En el análisis denominado “La guerra en México contra las drogas. El año más sangriento”, publicado el 20 de diciembre de 2010, se establece que la organización conocida también como el cártel de Sinaloa mantiene presencia en los estados de Jalisco, Aguascalientes, Nayarit, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Chihuahua, Sonora y Baja California.
En Chihuahua la única región donde aún controla el cártel de los Carrillo Fuentes es Ciudad Juárez, indica el documento.
Además, la región este del estado, desde la frontera de Ojinaga hasta las regiones colindantes con Coahuila, es identificada como una de las zonas en disputa por los grupos.
Así, convertida en un escenario de guerra no sólo entre los cárteles, sino del Estado mexicano en contra del crimen organizado, Juárez es considerada la ciudad que más caro ha pagado y más ha resentido los efectos de la evasión de “El Chapo”, quien desde hace al menos tres años libra aquí la batalla más cruenta que se haya registrado en el país entre grupos dedicados al trasiego y venta de drogas.
Las cifras así lo demuestran, pues tan sólo de 2008 a la fecha en esta ciudad se han cometido poco más de 7 mil 500 homicidios dolosos, de los cuales la mayoría son atribuidos al crimen organizado.
A la par de este baño de sangre en el que se encuentra sumergida la ciudad, la criminalidad ha evolucionado a tal punto que delitos de alto impacto como el secuestro, la extorsión y el carjacking se han incrementado hasta llevar a las autoridades al punto del caos y la pérdida de control.
Al menos así lo advierte el criminólogo Óscar Máynez Grijalva, quien expone que es a partir de la fuga de Joaquín Guzmán cuando la guerra entre cárteles se desata en México y las principales consecuencias repercuten en Juárez hasta convertirla en la ciudad más violenta del mundo.
“Los efectos de la fuga de ‘El Chapo’ tardaron en llegar a Juárez, pero ya están aquí, estadísticamente está demostrado que es la ciudad que más caro lo ha pagado, es la ciudad más violenta del mundo y esa violencia es resultado directo de la guerra entre cárteles que debilitó al Estado mexicano y permitió que empezaran a surgir grupos criminales de toda índole”, afirma el especialista.
Explica que al margen de los cuestionamientos que permanecen sobre la fuga del líder del cártel del Pacífico y el fortalecimiento inmediato de este grupo, el hecho es que las consecuencias directas de este acto se presentan actualmente en muchas regiones del país, pero principalmente en Ciudad Juárez y el estado.
“Si hacemos una línea del tiempo a partir de la escapatoria de ‘El Chapo’ te das cuenta de esto y entiendes el estado caótico que vive actualmente Ciudad Juárez”, expone, “aquí se ha perdido el control, empezaron a proliferar los grupos criminales de toda índole porque existe permisividad al no haber Estado de Derecho, la violencia se desemboca y el crimen organizado ha rebasado por mucho lo que cualquier sociedad funcional debe tolerar”.
Tal es la situación, abunda, que la violencia local ya no está delimitada a los grupos del narco, sino al brote de bandas criminales que se han aprovechado de la situación actual para sembrar el caos en todos los ámbitos.
“El problema es que a partir de esta guerra entre cárteles y del Estado en contra del crimen organizado se abrieron oportunidades a las bandas criminales que se volvieron más intrépidas y temerarias porque la regla de oro de la criminología es que crimen que quede impune, crimen que se incrementa, lo que ha ocurrido en Ciudad Juárez en los últimos años”, dice.
Según el Gobierno federal, el cártel comandado por “El Chapo” es el que más ha participado en las acciones violentas registradas en el país, tanto en enfrentamientos contra otros grupos, como en choques contra las fuerzas federales.
Además, Joaquín Guzmán ha aparecido en la lista de los hombres más ricos y poderosos del mundo al calcular su fortuna en unos mil millones de dólares, pues supuestamente mantiene relaciones comerciales y de negocios ilícitos con países como Colombia, Honduras, Panamá, Venezuela, Japón, Francia, Italia, España y Alemania.
A nivel local, según reportó Stratfor, la agencia que provee servicios de inteligencia e información sobre conflictos a nivel mundial, su organización se ha extendido en territorio chihuahuense hasta prácticamente controlarlo todo, con excepción de Ciudad Juárez y la región este.
En el análisis denominado “La guerra en México contra las drogas. El año más sangriento”, publicado el 20 de diciembre de 2010, se establece que la organización conocida también como el cártel de Sinaloa mantiene presencia en los estados de Jalisco, Aguascalientes, Nayarit, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Chihuahua, Sonora y Baja California.
En Chihuahua la única región donde aún controla el cártel de los Carrillo Fuentes es Ciudad Juárez, indica el documento.
Además, la región este del estado, desde la frontera de Ojinaga hasta las regiones colindantes con Coahuila, es identificada como una de las zonas en disputa por los grupos.
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