Berenice Gaytán
El Diario | 19-01-2011 | 00:09
El protocolo que los policías encubiertos deben seguir cuando se enfrentan a un presunto ladrón, es identificarse al menos tres veces como agente de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) antes de accionar su arma, indica información oficial.
Sin embargo, en la mayoría de los casos registrados los elementos encubiertos asignados a la vigilancia de tiendas y establecimientos de vinos y licores han violado esa disposición al disparar sin haberse identificado primero.
De acuerdo con agentes municipales entrevistados, es difícil cumplir con ese protocolo cuando los oficiales están encañonados.
No obstante, su correcta aplicación podría haber arrojado un saldo menos negativo en algunos de los casos en los que supuestos delincuentes y policías han muerto o resultado heridos.
El incidente más reciente, ocurrido el pasado fin de semana cuando un hombre intentó asaltar una tienda de venta de licor y cerveza con giro de abarrotes usando una pistola de juguete, podría haber tenido otro final si el agente, antes de disparar y matar al malhechor, le hubiera gritado para identificarse, ya que el hombre estaba imposibilitado para provocarle daño.
Portavoces de la Policía Municipal afirmaron que la situación es complicada, pues en muchos casos el asaltante trae un arma real y llega dispuesto a todo sin dar tiempo de nada.
El tema es controversial, indicaron integrantes de la Mesa de Seguridad del programa “Todos somos Juárez”, pues por un lado el policía debe evitar el asalto, pero no quitar una vida. Por el otro, los ladrones llegan dispuestos a todo.
Lo cierto es que están muriendo tanto asaltantes como policías al tratar éstos de evitar los atracos, coincidieron voceros de la SSPM y líderes sociales expertos en materia de seguridad.
En los últimos tres años se contabilizan 17 asaltantes y dos policías municipales encubiertos muertos al momento de cometerse el atraco, principalmente en contra de tiendas de autoservicio, indican datos periodísticos.
En 2008 se registraron seis asaltantes muertos, seis más en 2009, tres en 2010 y dos policías, así como dos en lo que va de 2011, detallan los números basados en los comunicados generados por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Adrián Sánchez, vocero de la corporación, indicó que la instrucción que tienen los policías encubiertos es accionar su arma al verse amenazados y hoy en día los asaltantes llegan dispuestos a todo, sin poder distinguir los oficiales si se trata de un arma real o de juguete.
Señaló que al momento de ocurrir un asalto, el tiempo que tiene el policía es corto, pues en la mayoría de los casos cuando el delincuente trae un arma real, llega y dispara sin dejar siquiera que el agente cumpla con el protocolo de identificarse.
Además, cómo se va a esperar el policía a que el delincuente accione su arma para él accionar la suya. “Es difícil, es complicada la situación...”, dijo. “El ataque es para bloquear al delincuente”, agregó.
A su vez Hugo Almada, integrante del Observatorio Juarense de Seguridad Pública y Seguridad Social, indicó que “el tema es difícil de tratar”.
Señaló que en primer lugar hay que dejar en claro si es legal o no la existencia de policías encubiertos, luego hasta qué punto el policía debe actuar y hasta qué punto se violenta el estado de derecho.
“Hay controversia...”, dijo.
El tema de los policías encubiertos cobró auge en 2008, justo cuando uno de ellos mató a un supuesto asaltante el 9 de marzo.
El hecho provocó en un inicio el entusiasmo de los afectados por los robos violentos y de la autoridad municipal ante la baja en esos delitos.
Sin embargo, entre los resultados se tuvo también como saldo la muerte de seis adultos jóvenes, que tenían entre 18 y 28 años de edad, luego de que los agentes los mataron en enfrentamientos.
La racha comenzó con el homicidio de Job Abdiel Acosta Medina, de 18 años, mientras que el 24 de marzo falleció en las mismas circunstancias Héctor Rafael Mariscal Vidal, también de 18.
El 4 de abril murió José Ignacio Delgadillo Chávez, de 19; un día después Jesús Roberto Marín Martínez, de 20; el 13 de abril Jorge Humberto Apodaca Cruz, de 25, y el 14 de abril Miguel Eduardo López Bustamante, de 28.
El 3 febrero de 2009, un presunto asaltante fue victimado por un policía encubierto cuando pretendió atracar un Oasis en Isla Chipre e Isla Caledonia de la colonia Guadalajara Izquierda.
El 18 abril del mismo año, un policía municipal encubierto mató a un hombre y dejó lesionado a otro, presuntamente al frustrar un asalto a mano armada en una tienda de la colonia División del Norte.
El 24 mayo, otro hombre que intentó atracar un expendio de vinos y licores con abarrotes falleció abatido a tiros por un policía encubierto asignado al lugar y que repelió la agresión.
El 6 noviembre, un hombre que ingresó a robar una tienda similar resultó muerto por un agente encubierto.
El 22 del mismo mes, un menor de edad fue muerto a tiros por un policía embozado cuando intentaba asaltar una tienda Del Río ubicada en Paseo Oriente y Monte Everest del fraccionamiento Parajes de San Juan.
El 24 diciembre, un elemento encubierto dio muerte a un hombre que ingresó armado a un negocio a tratar de hurtar mercancía.
El 26 de febrero de 2009, el Cabildo aprobó modificar el Reglamento Interior de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana para el Municipio de Juárez para autorizar a los preventivos especiales realizar operativos sin el uniforme oficial, es decir, cuando ejecutan acciones encubiertas.
El 26 abril de 2010, un hombre que presuntamente había ingresado a un establecimiento comercial para robar, fue asesinado por un policía que se encontraba encubierto en el interior de la negociación ubicado en Villas del Cedro.
El 5 mayo, dos menores de edad ingresaron a una negociación ubicada en Rafael Murguía y Oasis de Nápoles, en la colonia Pradera de los Oasis, al parecer para cometer un robo a mano armada.
Los ladrones fueron encarados por un oficial encubierto quien les ordenó que se entregaran pero uno de los jóvenes continuó fingiendo que portaba un arma y simuló que le iba a disparar; en respuesta recibió tres impactos de bala por parte del agente.
El 26 mayo se reportó que un hombre, una mujer y un menor de edad fueron detenidos, después de una persecución y balacera, al ser considerados como los presuntos asesinos de un elemento de la Policía Especial encubierto y de las heridas que presentó otro agente, a los que atacaron cuando los perseguían.
El 29 mayo, un policía encubierto apostado en un establecimiento de venta, dio muerte a un hombre que intentaba asaltar el negocio ubicado en el fraccionamiento Parajes del Sur.
El 15 de diciembre, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal detuvo a tres personas que participaron en un salto a mano armada a una tienda en donde terminaron con la vida de un agente encubierto, en el fraccionamiento Praderas del Sur.
El 14 de enero del presente año, un presunto ladrón que portaba una pistola de juguete, fue asesinado por un policía encubierto con el propósito evitar un atraco a un expendio de cerveza con giro de abarrotes.
Antes, el pasado 5 de enero en la Bodega Aurrerá, otro uniformado abrió fuego contra un individuo que aparentaba llevar un arma de fuego y que trataba de cometer el hurto.
Sin embargo, en la mayoría de los casos registrados los elementos encubiertos asignados a la vigilancia de tiendas y establecimientos de vinos y licores han violado esa disposición al disparar sin haberse identificado primero.
De acuerdo con agentes municipales entrevistados, es difícil cumplir con ese protocolo cuando los oficiales están encañonados.
No obstante, su correcta aplicación podría haber arrojado un saldo menos negativo en algunos de los casos en los que supuestos delincuentes y policías han muerto o resultado heridos.
El incidente más reciente, ocurrido el pasado fin de semana cuando un hombre intentó asaltar una tienda de venta de licor y cerveza con giro de abarrotes usando una pistola de juguete, podría haber tenido otro final si el agente, antes de disparar y matar al malhechor, le hubiera gritado para identificarse, ya que el hombre estaba imposibilitado para provocarle daño.
Portavoces de la Policía Municipal afirmaron que la situación es complicada, pues en muchos casos el asaltante trae un arma real y llega dispuesto a todo sin dar tiempo de nada.
El tema es controversial, indicaron integrantes de la Mesa de Seguridad del programa “Todos somos Juárez”, pues por un lado el policía debe evitar el asalto, pero no quitar una vida. Por el otro, los ladrones llegan dispuestos a todo.
Lo cierto es que están muriendo tanto asaltantes como policías al tratar éstos de evitar los atracos, coincidieron voceros de la SSPM y líderes sociales expertos en materia de seguridad.
En los últimos tres años se contabilizan 17 asaltantes y dos policías municipales encubiertos muertos al momento de cometerse el atraco, principalmente en contra de tiendas de autoservicio, indican datos periodísticos.
En 2008 se registraron seis asaltantes muertos, seis más en 2009, tres en 2010 y dos policías, así como dos en lo que va de 2011, detallan los números basados en los comunicados generados por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Adrián Sánchez, vocero de la corporación, indicó que la instrucción que tienen los policías encubiertos es accionar su arma al verse amenazados y hoy en día los asaltantes llegan dispuestos a todo, sin poder distinguir los oficiales si se trata de un arma real o de juguete.
Señaló que al momento de ocurrir un asalto, el tiempo que tiene el policía es corto, pues en la mayoría de los casos cuando el delincuente trae un arma real, llega y dispara sin dejar siquiera que el agente cumpla con el protocolo de identificarse.
Además, cómo se va a esperar el policía a que el delincuente accione su arma para él accionar la suya. “Es difícil, es complicada la situación...”, dijo. “El ataque es para bloquear al delincuente”, agregó.
A su vez Hugo Almada, integrante del Observatorio Juarense de Seguridad Pública y Seguridad Social, indicó que “el tema es difícil de tratar”.
Señaló que en primer lugar hay que dejar en claro si es legal o no la existencia de policías encubiertos, luego hasta qué punto el policía debe actuar y hasta qué punto se violenta el estado de derecho.
“Hay controversia...”, dijo.
El tema de los policías encubiertos cobró auge en 2008, justo cuando uno de ellos mató a un supuesto asaltante el 9 de marzo.
El hecho provocó en un inicio el entusiasmo de los afectados por los robos violentos y de la autoridad municipal ante la baja en esos delitos.
Sin embargo, entre los resultados se tuvo también como saldo la muerte de seis adultos jóvenes, que tenían entre 18 y 28 años de edad, luego de que los agentes los mataron en enfrentamientos.
La racha comenzó con el homicidio de Job Abdiel Acosta Medina, de 18 años, mientras que el 24 de marzo falleció en las mismas circunstancias Héctor Rafael Mariscal Vidal, también de 18.
El 4 de abril murió José Ignacio Delgadillo Chávez, de 19; un día después Jesús Roberto Marín Martínez, de 20; el 13 de abril Jorge Humberto Apodaca Cruz, de 25, y el 14 de abril Miguel Eduardo López Bustamante, de 28.
El 3 febrero de 2009, un presunto asaltante fue victimado por un policía encubierto cuando pretendió atracar un Oasis en Isla Chipre e Isla Caledonia de la colonia Guadalajara Izquierda.
El 18 abril del mismo año, un policía municipal encubierto mató a un hombre y dejó lesionado a otro, presuntamente al frustrar un asalto a mano armada en una tienda de la colonia División del Norte.
El 24 mayo, otro hombre que intentó atracar un expendio de vinos y licores con abarrotes falleció abatido a tiros por un policía encubierto asignado al lugar y que repelió la agresión.
El 6 noviembre, un hombre que ingresó a robar una tienda similar resultó muerto por un agente encubierto.
El 22 del mismo mes, un menor de edad fue muerto a tiros por un policía embozado cuando intentaba asaltar una tienda Del Río ubicada en Paseo Oriente y Monte Everest del fraccionamiento Parajes de San Juan.
El 24 diciembre, un elemento encubierto dio muerte a un hombre que ingresó armado a un negocio a tratar de hurtar mercancía.
El 26 de febrero de 2009, el Cabildo aprobó modificar el Reglamento Interior de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana para el Municipio de Juárez para autorizar a los preventivos especiales realizar operativos sin el uniforme oficial, es decir, cuando ejecutan acciones encubiertas.
El 26 abril de 2010, un hombre que presuntamente había ingresado a un establecimiento comercial para robar, fue asesinado por un policía que se encontraba encubierto en el interior de la negociación ubicado en Villas del Cedro.
El 5 mayo, dos menores de edad ingresaron a una negociación ubicada en Rafael Murguía y Oasis de Nápoles, en la colonia Pradera de los Oasis, al parecer para cometer un robo a mano armada.
Los ladrones fueron encarados por un oficial encubierto quien les ordenó que se entregaran pero uno de los jóvenes continuó fingiendo que portaba un arma y simuló que le iba a disparar; en respuesta recibió tres impactos de bala por parte del agente.
El 26 mayo se reportó que un hombre, una mujer y un menor de edad fueron detenidos, después de una persecución y balacera, al ser considerados como los presuntos asesinos de un elemento de la Policía Especial encubierto y de las heridas que presentó otro agente, a los que atacaron cuando los perseguían.
El 29 mayo, un policía encubierto apostado en un establecimiento de venta, dio muerte a un hombre que intentaba asaltar el negocio ubicado en el fraccionamiento Parajes del Sur.
El 15 de diciembre, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal detuvo a tres personas que participaron en un salto a mano armada a una tienda en donde terminaron con la vida de un agente encubierto, en el fraccionamiento Praderas del Sur.
El 14 de enero del presente año, un presunto ladrón que portaba una pistola de juguete, fue asesinado por un policía encubierto con el propósito evitar un atraco a un expendio de cerveza con giro de abarrotes.
Antes, el pasado 5 de enero en la Bodega Aurrerá, otro uniformado abrió fuego contra un individuo que aparentaba llevar un arma de fuego y que trataba de cometer el hurto.
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