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El Diario | 29-12-2010 | 23:47
El Diario | 29-12-2010 | 23:47
Vecinos de El Jarudo narraron ayer cómo los asesinatos de quienes integran el último escalón en la estructura de la delincuencia organizada, es decir, “los puchadores”, han causado un daño severo a cientos de familias.
“Nadie los controla (a los sicarios), hacen lo que quieren”, dijo un molesto padre de familia que fue testigo del doble asesinato contra dos jóvenes de 19 años, en Infonavit El Jarudo.
De acuerdo con los datos de los entrevistados, en esta colonia la venta de drogas al menudeo ahora es controlada por la célula identificada como Gente Nueva, perteneciente al cártel de Sinaloa.
Explicaron que los primeros días del mes este grupo privó de la vida a Francisco Javier González Soto de 35 años de edad, un hombre discapacitado que era considerado como el principal distribuidor de drogas al menudeo en la colonia y quien se encargaba del suministro de cocaína en la zona, que trabajó para La Línea.
“Ahí empezó todo”, dijo uno de los entrevistados cuyas identidades se reservan por razones de seguridad.
Tras la muerte de “El Panchillo” otros hombres dedicados a esa ilícita actividad han sido privados de la libertad y/o asesinados.
“Antes de la muerte de los muchachos hubo una reunión de ‘puchadores’ aquí”, explicó.
Por la noche (de un día anterior) los narcomenudistas acordaron defender el territorio y solidarizarse entre ellos para protegerse.
“Unión, unión, unión”, fue el compromiso pactado y así lo gritaron ante el miedo de los vecinos.
Trascendió que el día del asesinato de los dos jóvenes de 19 años primero fueron privados de su libertad otros dos vecinos.
“Lo extraño es que pasaron dos unidades de la Policía Federal y al ratito ‘levantaron’ a dos muchachos. Luego más tarde volvieron a pasar las patrullas de los federales y mataron a los muchachos de la camioneta roja”, afirmó.
Vecinos aseguraron que los dos jóvenes había sido testigos de los “levantones” incluso, Eduardo Iván Viesca Ramos describió que uno de los hombres portaba armas cortas y cortaron cartucho.
A las 15:15 horas fue reportado un doble homicidio en el cruce de las calles Jarudo Poniente y Sierra Candelaria, en el Infonavit El Jarudo.
El protocolo de comunicación estableció que los agentes investigadores observaron una camioneta pick up Chevrolet Silverado, color rojo, modelo 2004 y en su interior se localizaban dos cadáveres.
El personal de Servicios Periciales no estableció la media filiación y vestimenta de las víctimas debido a que estaban calcinadas.
Los peritos en Criminalística de Campo aseguraron 33 casquillos calibres 9 y .45 milímetros.
Dos horas después otro hombre apareció muerto en plena vía pública, estaba semidesnudo y presentaba huellas de tortura.
Para los vecinos del sector, la organización vecinal es prioritaria para instituir programas de vigilancia y prevención del delito de manera inmediata, así como también promover la denuncia anónima, el problema es la desconfianza hacia los cuerpos policiacos, coincidieron en señalar.
“Sabemos qué vecinos son los delincuentes, pero no podemos hacer nada porque no hay a quién denunciar, la Policía es cómplice de ellos”, lamentó un ama de casa que dijo no pertenecer a ningún comité de vecinos.
“A algunos (colonos) ni los conocemos porque llegan a rentar las casas, muchos que si son conocidos se han ido de aquí por la inseguridad y ponen en renta sus casas, pero los que alquilan son delincuentes o personas con las que nunca convivimos”, afirmó.
Los habitantes de Infonavit El Jarudo no sólo han vivido en la zozobra por los asesinatos de alto impacto.
En marzo descubrieron que la vivienda ubicada en la calle Sierra Madre Occidental en Infonavit El Jarudo era una “casa de seguridad”. Un empresario permaneció en cautiverio varias horas luego de ser secuestrado por integrantes de una banda de secuestradores liderada por Ernesto Piñón de la Cruz, alias “El Neto”.
La policía capturó a Jesús Trinidad Ríos Espinoza, Francisco Corona Calderón y Edgar García Carrillo, quienes fueron acusados de un secuestro cometido en febrero del año pasado contra un hombre.
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