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El Diario | 28-12-2010 | 23:31
Como un sacrificio a la Santa Muerte un hombre asesinó a su amigo de parranda y durante un acto satánico le prendió fuego al cadáver en unas tapias abandonadas a espaldas de su vivienda.El Diario | 28-12-2010 | 23:31
No conforme con haber dado muerte a su amigo Jesús Humberto González Huerta, Raúl Orozco Adame intentó confundir al Ministerio Público (MP) que investigaba el homicidio incriminando a un supuesto comando armado, pero testigos lo señalaron como el responsable del asesinato.
Ayer, durante la audiencia de vinculación a proceso, el agente del Ministerio Público presentó testimonios y resultados de exámenes de química forense para acreditar la participación de Raúl Orozco Adame en la muerte de González, en hechos ocurridos la madrugada del pasado 22 de diciembre en una vivienda del fraccionamiento Parajes de San José.
El juez de Garantía Lorenzo Villar Chavarría dictó el auto de vinculación a proceso en contra de Raúl Orozco Adame por el delito de homicidio calificado en perjuicio de Jesús Humberto González.
Como parte de los elementos en contra del indiciado, la fiscal dio a conocer un reporte de un policía municipal que acudió a la escena del crimen, en el que se indica que a las 01:04 horas del pasado 22 de diciembre llegó al cruce de las calles Costa de Brasil y Costa Almería, de Parajes de San José, donde varios vecinos le hicieron saber que en el numeral 5173 de la calle Costa Oaxaqueña había un hombre totalmente calcinado en el interior de una casa abandonada.
Al llegar al lugar que le indicaron, el agente fue interceptado por el hoy imputado, Orozco Adame, quien le reiteró que en el domicilio antes citado –que se encuentra a espaldas de su vivienda– se hallaba un cuerpo sin vida totalmente quemado, por lo que de inmediato dio aviso a su centro de mando para que enviaran al Ministerio Público.
Orozco Adame permitió al policía municipal ingresar a través de su vivienda al lugar en donde se encontraba el cuerpo, momento en el que el agente del orden observó que el pantalón del hoy imputado tenía manchas de sangre y que éste se presentaba estado de ebriedad.
Al ser cuestionado sobre lo sucedido, Orozco respondió que él estaba en su casa, ubicada en Costa de Brasil 5172 en compañía de González Huerta bebiendo cerveza cuando repentinamente llegó un comando armado en una camioneta Jeep Cherokee de color gris con cuatro sujetos armados a bordo.
El imputado dijo a los agentes que dos de los tripulantes de la camioneta, uno de ellos apodado el R-15, le preguntaron por “Chuy” (Jesús Humberto) y al entrar y verlo sentado lo comenzaron a golpear, por lo que al tratar de ayudar se llenó de la sangre de su amigo.
Agregó que esos individuos sacaron a su amigo por la puerta de atrás para llevarlo a las tapias y a él lo encerraron en uno de los cuartos, por lo que ya no se dio cuenta de nada.
Señaló que minutos después se dio cuenta que de la casa de atrás salía humo, por lo que acudió a ver qué ocurría y observó el cuerpo de su amigo envuelto en llamas, y ya no pudo hacer nada por auxiliarlo.
El representante social dijo que los agentes comenzaron a preguntar entre los vecinos sobre lo sucedido, y se dieron cuenta que nunca llegó un comando armado, tal y como lo había referido Orozco Adame.
Tras estas declaraciones, el agente municipal cuestionó otra vez al hoy imputado y, al tratar de explicar nuevamente lo que pasó, Orozco cayó en contradicciones, por lo que fue arrestado y puesto a disposición del Ministerio Público.
Alma Delia Huerta Mendoza, madre del hoy fallecido, dijo que esa madrugada estaba dormida en su casa cuando repentinamente escuchó los gritos de un hombre que decía “perdóname Chuy”, por lo que se levantó y se asomó por la ventana, al darse cuenta que era Raúl el que hablaba salió de su casa y de inmediato el hoy imputado se le echó a los pies para pedirle perdón porque no había podido hacer nada por su hijo.
De inmediato se dirigió a la casa de Raúl y al entrar vio sangre en la cocina y en diversos lugares de la casa, así como en la ropa de éste. Además se percató del rastro de sangre que hacía notar del arrastre del cuerpo hacia el exterior de la vivienda.
La mujer dijo que a Raúl los vecinos del sector lo conocían como brujo y que su hijo Jesús Humberto le contó como en varias ocasiones intentó hacerlo seguidor de la Santa Muerte, y que ante las constantes negativas en las que le decía que no le interesaban esas creencias, Orozco lo llegó amenazar de muerte.
La mujer explicó ante el MP que minutos antes de los hechos en que perdiera la vida su hijo fue por él a la casa de Raúl y cuando ya ambos se regresaban salió el imputado para pedirle que no se lo llevara, ya que se estaban divirtiendo, solicitud que secundo Jesús Humberto, por lo que la mujer aceptó y le permitió seguir la parranda.
Miguel Ángel González Ramos, padrastro de la víctima, dio a conocer en su declaración ante el MP que una vez que se enteraron del asesinato se dirigieron a la casa de Raúl y observaron el rastro de sangre que se dirigía hacía la parte trasera de la casa.
Al llegar al patio se dieron cuenta de que en la casa abandonada había en una de las paredes la figura de un demonio y alrededor del cuerpo calcinado un círculo con rastros de fuego.
Dijo que a Orozco Adame lo conocían como “El Brujo”, ya que se dedicaba a realizar limpias y curaciones invocando a la Santa Muerte.
Tras escuchar las declaraciones, el juez de Garantía determinó que existían los elementos suficientes para acreditar la posible participación de Raúl Orozco Adame en la muerte de González Huerta, por lo que se le dictó el auto de vinculación a proceso por el delito de homicidio calificado.
Concedió además un plazo de cuatro meses al MP para concluir con las investigaciones.
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