Nuevamente sujetos de una organización delictiva atacaron a Policías de Nuevo León, al parecer se trató de un ataque simultaneo en los municipios de Cadereyta y Apodaca.
Esta noche, un comando armado lanzó granadas de fragmentación a las afueras de las instalaciones de una comandancia de la Policía Municipal de Cadereyta.
Al menos dos granadas fueron las que lograron estallar, hasta el momento se desconoce si hay personas heridas en el lugar.
Una de las granadas hizo explosión en un automóvil Tsuru que se encontraba estacionado en el lugar.
Esta noche, un comando armado lanzó granadas de fragmentación a las afueras de las instalaciones de una comandancia de la Policía Municipal de Cadereyta.
Al menos dos granadas fueron las que lograron estallar, hasta el momento se desconoce si hay personas heridas en el lugar.
Una de las granadas hizo explosión en un automóvil Tsuru que se encontraba estacionado en el lugar.
No es la primera vez que ocurren ataques de este tipo en Cadereyta, en el año 2010 en varias ocasiones comandos armados atentaron contra elementos de la Policía Municipal.
Elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones y de la Policía Federal se encuentran en el lugar para realizar las investigaciones necesarias, también ocurre una gran movilización por parte de elementos del Ejército.
Acribillan a un tránsito en Apodaca
Al mismo tiempo se reportó que un oficial de Policía y Tránsito en el municipio de Apodaca, fue emboscado por sicarios.
El elemento realizaba un rondín en la zona del Panteón Municipal cuando fue sorprendido por las ráfagas.
Los hechos ocurrieron a unas cuantas cuadras del Palacio Municipal de Apodaca, la trágica noticia no tardó en llegar a las autoridades de dicha localidad.
El oficial de 54 años de edad, fue identificado como Carlos Gil Villalobos, quien iba acompañado por otro elemento del cual se desconoce su identidad, sin embargo se dio a conocer que no presentó ningún tipo de lesión.
Hasta el momento las autoridades no han detenido a los responsables de los dos violentos hechos, que mancharon de sangre un domingo cualquiera en Nuevo León.
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