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El Diario | 14-12-2010 | 14:01
La Fiscalía General del Estado reportó el fallecimiento de Juan Acuña de Santiago, el hombre que fue quemado en una refaccionaria por un grupo de extorsionadores que acudió a cobrar cuota.
El hombre murió a las 14:00 horas de ayer en el Hospital General.
La víctima presentó quemaduras en el 80 por ciento de la superficie corporal, algunas de ellas de tercer grado.
La familia ahora enfrenta una cuenta superior a 30 mil pesos con el Hospital General de Zona 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Juan Acuña de Santiago de 58 años era un mecánico automotriz que el miércoles pasado acudió a la refaccionaria Jiménez que se ubica en Ponciano Arriaga y Óscar Flores Sánchez a comprar una pieza para reparar un automóvil.
Cuando hacía la compra, llegó un grupo de delincuentes y éstos rociaron gasolina adentro del negocio, cerraron las puertas y arrojaron una bomba molotov encendida para quemar a las personas que estaban en el interior.
El hombre, que solamente era un cliente, era de condición humilde y vivía en un camión inservible que habilitó como casa en un arroyo de la colonia Andrés Figueroa y allí mismo atendía a sus clientes.
El hombre murió a las 14:00 horas de ayer en el Hospital General.
La víctima presentó quemaduras en el 80 por ciento de la superficie corporal, algunas de ellas de tercer grado.
La familia ahora enfrenta una cuenta superior a 30 mil pesos con el Hospital General de Zona 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Juan Acuña de Santiago de 58 años era un mecánico automotriz que el miércoles pasado acudió a la refaccionaria Jiménez que se ubica en Ponciano Arriaga y Óscar Flores Sánchez a comprar una pieza para reparar un automóvil.
Cuando hacía la compra, llegó un grupo de delincuentes y éstos rociaron gasolina adentro del negocio, cerraron las puertas y arrojaron una bomba molotov encendida para quemar a las personas que estaban en el interior.
El hombre, que solamente era un cliente, era de condición humilde y vivía en un camión inservible que habilitó como casa en un arroyo de la colonia Andrés Figueroa y allí mismo atendía a sus clientes.
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